Gerardo Martino disertó en una charla orientada a los chicos que integran las pensiones y militan en las Divisiones Inferiores. "Hay que buscar la meta de llegar a primera de manera intensa y profesional", aconsejó el ídolo rojinegro
“No todos de los que hoy están acá van a llegar a primera, pero hay que buscar esa meta de la manera más intensamente y profesional posible. Si no les toca, que no tengan nada que reprocharse y no creer que la vida se terminó porque no hay una pelota de fútbol. Buscar ser jugador de una manera alegre, trazándose objetivos, sueños, pero no hay fin del mundo a los 20 años si eso no ocurre. Por ello es importante el estudio, formarse, y Newell’s es pionero con su Escuela, donde no es incompatible el juego con el estudio”. Así comenzó su charla a los chicos que integran las pensiones de Newell’s y militan en la Divisiones Inferiores del club, Gerardo Martino, organizada por el Departamento de Cultura.
El Tata recordó sus comienzos en el Parque y valoró las enseñanzas que recibió desde los tiempos del Baby hasta que debutó en Primera División: “No sólo hay que trabajar para llegar, una vez que el jugador debutó, llega la segunda etapa que es trabajar el doble para mantenerse y no creer -como veo que ocurre hoy- que los chicos debutan y creen que llegaron a su techo”.
En una charla desarrollada en el Palco Oficial del Coloso “Marcelo A. Bielsa”, Martino repasó sus comienzos y escuchó atentamente las inquietudes de los chicos y fue respondiendo cada una de las preguntas. A la hora de recordar su debut, el Tata señaló que “fue a los 17 años contra Platense, estando como suplente y luego ante River como titular. A los 15 estaba estudiando y entrenando, luego dejé el fútbol y un año después vino a buscarme a mi casa Daniel Musante y retomé la actividad. A los 15 había dejado y a los 17 debuté en primera”.
Más adelante el Tata agradeció la invitación y dejó claro que “si yo vengo hoy acá es porque me siento muy bien representado por quienes conducen las Divisiones Inferiores en Newell’s. Sé quiénes son desde el coordinador para bajo y por eso les transmito mi experiencia. Desde que llegué en el año74 fue una carrera, con un grupo grande de amigos que todos seguimos teniendo el mismo compromiso por Newell’s, más allá de que yo no haya dirigido la Primera División ahora, el compromiso con el Club lo tengo igual. Por eso hoy estoy acá, o un sábado me voy a ver a las Divisiones Inferiores. Es lo que sentimos todos los que mamamos el amor por Newell’s, cuando nos quedábamos a convivir con la gente del Club, participábamos de la vida social. Hemos tenido mucho compromiso por la institución, cuando lo hemos dejado de tener fue cuando el club tomó un rumbo que era distinto al que vivíamos nosotros desde que nacimos”.
Martino les dijo a los chicos que conviven en las dos pensiones del club que “el cariño de la gente se gana con el rendimiento dentro de la cancha naturalmente, no es algo que se busca. No es algo que uno lo haga premeditadamente porque no tiene efecto, no hay nada que conmueva más a la gente que cualquier gesto que sea espontáneo, no algo actuado como cuando un jugador se besa la camiseta: la gente advierte si es espontáneo u actuado”.
El jugador más campeón con la camiseta rojinegra, junto al Chocho Llop y el Gringo Scoponi también dejó un párrafo sobre la importancia que han tenido en su carrera los clásicos. “Para un jugador de Newell’s no hay como jugar, vivir y ganar un clásico. Son partidos que siempre dejan consecuencias: hubo dos que en mi caso dejaron huella porque nos sirvieron para obtener dos campeonatos: aquel del 87/88 con gol del Galgo Dezotti y el 4-3 en Arroyito en el 90. Sin dudas después de esos partidos nos sentimos imbatibles y llegaron los títulos”.
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