Mayo es un mes que agita el corazón leproso con la evocación de jornadas inolvidables.
Ayer, 19 de mayo se cumplieron 37 años de un partido que fue determinante para la obtención de nuestra primera estrella. Se jugaba la última fecha clasificatoria, Newell’s derrotó 2 a 1 a San Lorenzo y clasificó para las semifinales en las que luego se coronaría campeón. Abrió el marcador Carlos Picerni, empató Victorio Cocco para la visita y Juan Ramón Rocha con un zurdazo de media distancia marcó, sobre la hora, el gol del triunfo. Imborrable en las retinas de los leprosos, el Mono Obberti en andas, sin camiseta, ofrendando el triunfo a la popular de “El Palomar”. También en mayo preparamos la vuelta olímpica: 3 a 2 a Huracán (25 de mayo) y 1 a 0 a Boca en Parque Patricios, joya del Mono Obberti con quiebre de cintura, toque suave y dos defensores rivales anudados a la red. Y “San Carrasco” atajando todo. Luego, llegaría la vuelta del 2 de junio.
Y el 21 de mayo, también en el Parque, se consagró un estilo: dos fechas antes del fin del Campeonato 87/88 el lujoso Newell’s del Piojo Yudica venció 6 a 1 a Independiente. Nunca alcanzarán las palabras para describir tanto fútbol desplegado por un plantel –también cuerpo técnico y asistentes– surgido de nuestras Divisiones Inferiores.
Por siempre, mayo será un mes de festejos para los leprosos; aunque ya se sabe el espíritu festivo y la pasión nos acompañan los 365 días del año. En las buenas y en las no tan buenas, como se canta: “... un sentimiento, no traten de entenderlo”.
Tweet |
0 comentarios:
Publicar un comentario