Que recuerdos ... Grande Racing Club Carhue

RACING GANABA EL CAMPEONATO DE LA LIGA REGIONAL DE FÚTBOL. Veinte años atrás, el martes 27 de octubre de 1992, Racing Club se coronaba campeón de la Liga Regional de Fútbol de Coronel Suárez al vencer en el tercer partido final a Blanco y Negro por 1 a 0 con gol de Juan Carlos Echevarría a los 5 minutos del tiempo suplementario. Ante 2.500 personas y en la cancha de Club Sarmiento de Pigüé, la Aca...demia lograba el título en su primer año en la liga. El equipo dirigido por el Catalán Alberto Sebastián Jiménez terminaba con 9 jugadores por las expulsiones de Marcelo Palacios y Néstor Puefil a los 27 y 30 minutos del suplementario, respectivamente. El partido era dirigido por el olavarriense José María Pompei. El sábado anterior, en la cancha de Racing, habían igualado 1 a 1 en la revancha, con goles de Hugo Dornes para Blanco y Negro y “Tito” Bonsignore para Racing. Pero el martes 27 el grito contenido explotaba pasadas las 20.20 en el campo de Deportes Eduardo L. Gayraud. Racing, la gente de Racing, los jugadores de Racing, volvían a gritar ¡¡¡Campeones!!!, como venía ocurriendo durante los últimos cuatro años. Un campeonato muy especial, el logro más importante en la historia de la estrellita. Es que Racing participaba por primera vez invitado al campeonato de la Liga Regional de Fútbol de Cnel. Suárez y demostraba su real jerarquía consiguiendo el título y obteniendo la clasificación para el Torneo del Interior 1992/93, que marcaba un hito en la vida deportiva de la ciudad. Racing se proclamaba campeón por derecho propio. Porque llegaba invicto al final del campeonato en su cancha, invicto que prolongaba desde hacía cuatro años, en un torneo en el que le había ganado a todos los rivales de la nómina. Porque el hecho de haber disputado las dos finales (Clasificatorio y Liguilla) corroboraban la superioridad que se había manifestado en la mayoría de los encuentros. Porque había mantenido un rendimiento de nivel parejo y porque todos los otros números le daban la razón a una campaña excepcional. La cantidad de goles a favor, la menor en el arco propio. Carlos Sánchez y Alberto “Tito” Bonsignore, arriba entre los goleadores… Y además la mayor cantidad de puntos en la suma de los dos campeonatos. Lo conseguido por el equipo de Carhué merecía ser destacado elocuentemente. Ese grupo de futbolistas y ese cuerpo técnico le devolvían a los racinguistas y a todos los carhuenses la alegría y mantenían en estado de excitación permanente a toda la ciudad. El esfuerzo increíble de jugar 4 partidos en diez días, más un alargue de 30 minutos, prácticamente con los mismos jugadores, se convertía en un mérito insoslayable. El sacrificio puesto de manifiesto desde mediados de enero, cuando comenzaba la preparación atlética a las órdenes del profesor Daniel Soteras, merecía verse premiado con el título. ¿Y qué decir de esa bulliciosa hinchada que había apoyado incondicionalmente al equipo donde había ido?. Una hinchada que se hacía notar en todas las canchas con sus cánticos y sus bombos alentando al equipo sin cesar. Una hinchada que gozaba a pleno la alegría de un nuevo título para “la estrellita”, una hinchada que había sido una inyección, un incentivo para los once jugadores que vestían la albiazul. El martes, después de la victoria por 1 a 0 ante Blanco y Negro, la algarabía en la tribuna y en la cancha se extendía en el griterío interminable del caótico vestuario. Racing festejaba, a la manera de Racing, con la pasión de Racing. Después, las calles de la ciudad volvían a vestirse de azul y blanco, con miles de personas saludando a los campeones que, junto a la barra bullanguera del tablón, recorría las principales arterias de Carhué al compás de los canticos futboleros. La cancha de Racing había sido la parada final obligada. Y allí la tradicional vuelta olímpica no se hacía esperar ante la presencia de una multitud que aplaudía, se emocionaba y lloraba junto a los protagonistas de la historia. Una historia con final feliz, como debía ser.

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