Más de 60 pibes de las pensiones de Newell’s tuvieron la oportunidad de escuchar las vivencias y experiencias de Maxi Rodríguez, quien por iniciativa del Departamento de Cultura, se presentó este jueves en el Salón Adolfo Celli. La Fiera narró sus inicios en el Baby, su paso a Bella Vista y lo que peleó para llegar a Primera División. “Mi sueño era jugar en Newell’s y me sacrifiqué mucho por ello, jamás bajé los brazos, incluso cuando no me ponían. En esos momentos es cuando más fuerte tiene que estar uno, allí es como se va forjando la personalidad”, les señaló a los chicos de nuestras Divisiones Inferiores que escuchaban con atención. Luego de un breve repaso por sus inicios hasta su paso al futbol europeo, donde ya lleva una década, Maxi rescató los valores que aprendió en el Club y en la Escuela. “Es muy importante que estudien porque todo no es fútbol, hay que preparase. Yo lo hablaba con Javier Saviola, que jugó en River e iba a la escuela del club y si no rendía no entrenaba. Yo muchas veces llegaba cansado de los entrenamientos de la selección juvenil, pero quería terminar los estudios y me sacrifiqué por ello”. La curiosidad de los futbolistas de nuestra cantera no se hizo esperar y las preguntas surgieron espontáneas. ¿Cuáles eran tus sueños de chico? “Jugar en la Primera de Newell’s, mi mamá trabajaba duro y mi abuelo me llevaba a entrenar, estaba contento con sólo llegar a Primera”. ¿Qué sentiste cuando debutaste? “No dormí esa noche en Ricardone. Yo me cambiaba en el vestuario y sólo pensaba en dar bien los pases. Llegar no es fácil, lo más difícil es mantenerse”. ¿Alguna vez creíste que no llegarías a Primera? “Tuve momentos malos, se te cruza por la cabeza dejar todo, no me ponían, cuando llegué a Bella Vista jugaba de 9 pero no me ponían por la altura. Hasta que Theiler y Pautasso me pusieron en el medio por la derecha y comencé a rendir. Es importante apoyarse en la familia y no bajar los brazos. Ahí es cuando más fuerte tiene que ser uno. Un día tenés un partido bárbaro y haces tres goles y al otro no pasa nada y te bajoneas. Eso no sirve, hay que encontrar el equilibrio sin rendirse.” ¿La selección es algo especial? “Es otra responsabilidad vestir la camiseta argentina. Te da prestigio, como me la dio la de Newell’s, sin dudas. El haber jugado un Mundial, el gol a México que fue un momento inolvidable”. ¿Cuál fue tu primer gol y qué sentiste? “Fue aquí en el Coloso a Vélez, cuando llegué a mi casa me dije: juego en Newell’s e hice un gol, ya está… Y en realidad había sido el comienzo. Mantenerse y buscar la regularidad es lo más complicado, para ello, lo más importante es estar bien de la cabeza”. La charla continuó con algunas anécdotas del Loco Bielsa como técnico de la selección y “cómo se enojaba cuando daba mal los pases. Nos decía que se aprende más de las derrotas que de las victorias, un gran tipo que predica con el ejemplo”. También recordó la única roja que vio en la cancha “contra Talleres en un partido muy áspero y lo insulté a Elizondo y me echó”; o cómo aún disfruta como un chico cada vez que llega a un vestuario en la cancha del Manchester, Chelsea o Arsenal “y me sacó fotos con los compañeros”. Otro de los temas que interesó a los chicos es el tipo de entrenamiento y qué diferencias hay con el nuestro. “En Europa se privilegia la pelota más que lo físico como acá. Todo es trabajo con pelota, el táctico en la cancha. El fútbol inglés es muy dinámico, son los mismos partidos los que te dan el ritmo. Igual que el tema de las concentraciones, allá no se concentra como aquí dos días antes de los encuentros. Recuerdo que debuté contra el Chelsea, una instancia importante, el partido era a las 16 y yo a las 12 estaba con mi señora y mi hija tomando mate y de ahí me fui a la cancha”. Luego hubo tiempo para fotos, firmas de camiseta y autógrafos que Maxi estampó a cada uno que se lo solicitó. Una muestra más de la grandeza de un producto de la cantera leprosa que no olvida sus orígenes y comparte con los que se están iniciando su experiencia y con un mensaje claro. “Siempre hay que darle para adelante y no bajar los brazos, hay que mantener una línea de conducta y mentalizarse que está en uno poder llegar, sólo se lo tienen que proponer”.
Los chicos con el ídolo, en el final de la charla
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