La
Selección Nacional Juvenil de canotaje estará dos semanas entrenando en Viedma
de cara a lo que será un año de Sudamericano y Mundial. Hasta el momento
llegaron Karei Kloster de Choele Choel, Tomás Cook de Paraná, Santiago George
de Concepción del Uruguay, Entre Ríos, y el local Lautaro Cévoli. Julián
Algañaraz, ex palista y entrenador de los chicos, habló con la Secretaría de
Deportes de la Provincia acerca de los beneficios de entrenar en la capital
rionegrina, entre otros temas.
“Como
soy de Viedma, intento empujar al Seleccionado para entrenar en la Comarca, las
condiciones del lugar son ideales para poder hacer entrenamientos de verano. Intentamos
trabajar la mayor parte acá y después, cuando llegamos a la fecha de junio y
julio, que el frío nos complica, vemos de viajar. Generalmente vamos a Entre
Ríos. Acá tenemos que agradecerle al Ministerio de Educación que nos dio el
alojamiento en el albergue estudiantil y al Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte,
que nos brindó la instalación de la Escuela Náutica Provincial, donde tenemos
gimnasio y guardería de kayak”, así arrancó la entrevista quien alguna vez
integró el equipo nacional como deportista.
En
cuanto a que Viedma y el río Negro sean los elegidos para la concentración,
Algañaraz comentó que “dentro de lo que tuvimos para entrenar, a los palistas
les gusta esta ciudad. Estuvimos en La
Plata, donde por ahí las condiciones son buenas pero es un lugar inseguro para
los adolescentes. Tigre tampoco es muy seguro. Y acá tenemos un lugar que es
chico, en el que se pueden manejar caminando, y que cuenta con un paisaje
increíble y un río totalmente limpio. Yo como deportista entrenaba en Tigre con
el río contaminado y, que hoy en día nos encontremos con que la Selección pueda
entrenar acá, creo que es algo importante, y más sabiendo que muchos
deportistas salen de Viedma, al igual que los entrenadores, o sea dentro del
staff que tiene la Federación. Así que es valorable que podamos hacer el
esfuerzo para traerlos”.
Con
respecto al entrenamiento, Algañaraz dijo que “lo específico se realiza en el
agua. Lo que más vemos es la parte técnica. Se trabaja sobre ritmo para
desarrollar la efectividad de la palada en el agua. En base a eso, se van dando
diferentes entrenamientos a diferentes ritmos. Hay ritmos bajos, medios y
altos, y con eso se van empleando los entrenamientos. Eso sería lo específico
del kayak”. Y agregó: “Generalmente nos lleva dos turnos por día en el agua y
después tenemos la parte complementaria, que la hacemos desde el gimnasio y la
parte aeróbica, desde el trote. Arrancamos a las 8, cortamos al mediodía,
descansan y seguimos de 16 a 19. Son más o menos seis horas de entrenamiento
diario. En realidad, para lo que entrenamos es para pista, así que trabajamos
en ritmos que sean altos, por ende tenemos que hacer distancias cortas. Como
preparación general, en una sola época del año trabajamos hasta 12 kilómetros y
de ahí empezamos a recortar la distancia para poder darle cada vez más
intensidad”.
Además
de los cuatro chicos que llegaron a Viedma (todavía tienen que sumarse más)
convocó a un joven de Carmen de Patagones para que entrene con ellos: “Llamé a
un cadete que se destaca entre los mejores, Agustín Rodríguez de 15 años, es
una categoría menor con proyección a que dentro de tres años esté en su máximo
rendimiento en la categoría juvenil. Agustín se destaca de manera especial,
está en el nivel de uno Juvenil”.
Este
año, la Selección está alojada en el albergue estudiantil de Educación. Ante
esto, el nacido en Rosario y criado en las aguas del río Negro, dijo que “años
anteriores teníamos un fondo desde el ENARD y alquilábamos una casa. Este año
va a ser diferente por lo que vamos a necesitar un poco el apoyo de la
provincia. Así que arrancar de esta manera fue bueno porque ya tenemos lugar donde
parar para las próximas concentraciones, que van a seguir siendo en Viedma. Si
hablamos de apoyo, por suerte todos tienen becas de la Secretaría de Deportes
de la Nación, a través del ENARD y, además, cada uno es becado por su
provincia. Creo que hay bastante apoyo para el deporte, a diferencia de años
anteriores, se puede trabajar mucho mejor y se puede proyectar con chicos de
esta edad”.
En
abril se llevará a cabo el Sudamericano en Uruguay, mientras que en julio será
el Mundial en Hungría, en base a esto, Algañaraz expresó: “Ahora contamos con
un equipo reducido y estamos viendo cuál se formará para ir al Mundial. En
marzo hay un control nacional y un control abierto, de acuerdo al ranking
nacional se convoca a los mejores. La idea es que vayan seguro cinco
representantes, con la posibilidad de siete. Ahora estamos viendo un par de
opciones de bote de equipo porque tenemos el Sudamericano”.
Y
ya de lleno a la cita mundial, manifestó sus sensaciones: “La potencia del
canotaje está en Europa y ellos están todo el año compitiendo entre ellos, en
cambio nosotros lo hacemos contra países de Sudamérica. Su nivel es superior,
pero nunca se descarta la posibilidad de llegar al podio. Cuando Daniel
Martinovich estuvo al frente de la Selección Juvenil, se consiguieron varios
podios. El año pasado tuvimos finalistas, un 6° lugar en el mundo en k1 1000 metros,
8° en k2 200 y un 9° en k2 1000. Como primera instancia queremos entrar a una
final y como segunda, subir al podio. Vamos a ver la posibilidad de armar una
embarcación K4 (de cuatro personas) y creo que así podemos ir a buscar un
resultado, estar en una final es estar entre los 9 mejores y aspiramos a eso.
Sabemos que no es fácil pero Argentina tiene muy buen material en estas
categorías (17 y 18 años)”.
Julián
Algañaraz trabaja durante el año en el Club Náutico Piedra Buena de Patagones,
cuando no se encuentra con la Selección. Dejó de competir varias veces, aunque
volvió al agua en la última Regata del Río Negro, después de varios años fuera
de los torneos internacionales. Perteneció al equipo nacional como competidor y
luego se incorporó al staff de entrenadores. Vivió en Chubut, donde arrancó con
el conjunto de cadetes (15 y 16 años) durante cuatro años y hace tres que lleva
adelante el equipo juvenil.
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