8 jul 2011

Sueños de Primera en la pensión “de Tucumán”

Las ilusiones de 40 chicos llegados de distintos puntos del país confluyen en la pensión que Newell’s posee en calle Tucumán 2842. Son los jugadores que militan en Quinta, Sexta y Séptima. El profe Daniel Girote es el responsable de los juveniles.

En la pensión de calle Tucumán 2842, viven los sueños de 40 chicos llegados de distintos puntos del país. Son los jugadores que militan en la Quinta, Sexta y Séptima de Newell’s y quieren seguir los pasos de los que ya debutaron en Primera División como Jonathan Valle, Federico Domínguez, Maximiliano Velasco o Enzo Beloso, que integró el plantel argentino que disputó en México el Mundial Sub 17.

En una típica casona de Pichincha, adaptada y remodelada con todos las comodidades para el futbolista, la pensión cuenta con 17 habitaciones y un régimen que cada chico cumple para tener un lugar en la consideración de sus técnicos. “Aquí es importante la convivencia y las charlas. A veces estamos mucho sobre ellos, pero saben que es por su bien, lo valoran cuando ya son más grandes”, asegura Daniel Girotti, profe de la Primera Local que vive con los chicos, junto al dueño del inmueble, Guillermo Ankudowicz.

Pepe Valdivia y su mujer se encargan de que no les falte nada a los chicos. “Contamos con un cronograma para las comidas bajo la supervisón de un nutricionista: pollo, carne, pescado, cereales, frutas, pastas…”, enumera Pepe mientras prepara la merienda a los recién llegados de Bella Vista. Los chicos se acomodan en el amplio comedor y buscan en la señal de Espn los mejores goles de Europa. Entre los diez, más lindo aparece Maxi Rodríguez convirtiendo para el Liverpool inglés de afuera del área. “Ven mucho fútbol y entre ellos hablan de su puesto y a quien quieren imitar”, agrega Girotti.

Ellos se hacen sus camas y se ocupan de mantener el orden en la pensión. “Cuando la ropa ya está lavada, ellos mismos suben a colgar la ropa y si hay que planchar también lo hacen”, dice Pepe. Luego de la merienda, un grupo se desafía al ping pong en el patio mientras otros aprovechan para ir al ciber o dar una vuelta. “Somos estrictos con los horarios y ellos saben que a las 22.30 horas tienen que estar durmiendo”, sigue Girotti. De los 40 chicos, 28 de ellos van asisten al CIENOB, unos por la mañana, otros por la tarde. “En general les va bien en los estudios, ellos ya son grandes y de 19 a 20 en general se ponen a estudiar o hacer sus tareas, han traído buenas notas”.

Hay chicos de muy lejos como Puerto Madryn, Mendoza, Misiones, Gualeguay, General Pico, Neuquén o Bell Ville. “Cada uno es un mundo, distintas personalidades, los vas conociendo y en las habitaciones se ubican por categoría. Hay un buen clima de convivencia, no hay peleas y donde viven 40 chicos podría haberlos y sin embargo el respeto es lo que prima. Hay mucha charla. Es llevadero porque ellos lo hacen llevadero, somos una familia, ellos comienzan a tomar esa identidad. La otra vez uno de los chicos, Franco Gigena, me dice en Bella Vista: ‘Profe, ¿va para casa?’, porque esta es su casa, eso es sentido de pertenencia. Ellos pasan tres años aquí, hasta los 18 años, incluso hay uno de los chicos que ya está estudiando abogacía”, señala Girotti.

“A veces somos cargosos, ellos por ahí no lo valoran, pero cuando se van de acá se dan cuenta. Uno de los chicos incluso vino y me dijo: ‘Eh, profe, por qué me habla así porque no me dice lo mismo de otra manera’, y me hizo ver que estaba equivocado, ellos nos enseñan también. Todos aprendamos. Los técnicos, los coordinadores, pasan por las habitaciones, se dan una vuelta y nosotros nos sentimos apoyados por ellos. Son chicos, adolescentes con un montón de cosas en la cabeza, con las ganas de llegar a Primera, tener que estudiar, entrenar y vivir solo es complicado; cuanto más gente está detrás de ellos, hace que se sientan contenidos. Hay que escucharlos, hacemos la tarea de padres”, explica Girotti.

La pensión cuenta además con una habitación acondicionada para cuando llegan jugadores a prueba. “Si vienen por dos o tres días para probarse en Bella Vista vienen aquí, incluso han llegado de muy lejos los padres de algunos de los chicos a visitarlos y también los hospedamos, siempre buscamos una solución incluso para que ellos puedan volver a sus pueblos cuando hay un fin de semana largo o si no hay partido por algún motivo”, agregó el responsable de la pensión “de Tucumán” como la llaman los chicos.

En la mesa están hablando de fútbol Pablo Agüero de General Pico, La Pampa; Gabriel Vázquez de Junín, Mendoza; Franco Boló de Bell Ville, Córdoba; y Milton Yeska Stacul, de Gualeguay, Entre Ríos, quien con su laptop recorre los sitios deportivos. “Lo más importante es cómo se van encariñando con Newell’s, lo sienten propio, el sentido de pertenencia, los escuchás en sus habitaciones después hablando sobre cómo jugaron tal partido, se hacen observaciones entre ellos, se cargan o felicitan, pero siempre con buena onda y a Newell’s no se lo quitan de la boca”, finaliza orgulloso Girotti.

Fuente: www.newellsoldboys.com.ar

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